¿Qué cosas que no te gustan de tu pareja has intentado cambiar? ¿Qué sucedió en esos intentos? Por lo general, intentar cambiar a nuestra pareja sólo trae frustración e impotencia. 

¿Puedo cambiar lo que no me gusta de mi pareja? 

Aunque muchos quisiéramos cambiar ciertas cosas de nuestro cónyuge, lo cierto es que no podemos hacerlo porque ese papel le corresponde únicamente a Dios. Al intentar cambiar a nuestra pareja en nuestras propias fuerzas estamos siendo irreverentes con el diseño de Dios. Podemos mejorar la dinámica de nuestra relación matrimonial aceptando las diferencias y siendo de ayuda para que nuestra pareja pueda mejorar en sus falencias. Es importante que sepamos que el matrimonio no demanda perfección y por ello tener una expectativa muy alta solo traerá frustración. 

Hay una forma en la que podemos contribuir al cambio de nuestro matrimonio y es interceder por nuestra pareja. Interceder por su corazón, por sus preocupaciones y sus sueños, por esa actitud que a nuestro modo de ver no contribuye a la relación, e incluso por el romanticismo. A veces se nos olvida que solo Dios puede transformar, pues sólo Él conoce a profundidad nuestros corazones.

Regañar jamás cambiará el corazón de nuestra pareja. El matrimonio necesita intercesión, pues dependemos de Dios y de su intervención en nuestras vidas. Dios permite que veamos con tanta claridad los defectos de nuestra pareja para que intercedamos. La Biblia dice en Santiago 5:16: “La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos”. Somos llamados justos, así que cambiemos nuestras quejas por oraciones y veamos a Dios obrar en nuestros matrimonios. 

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