“Tenemos a nuestros padres viviendo juntos, pero separados”, nos dijo una pareja en una entrevista hace un tiempo, y desde entonces nos inquietamos por este tema. ¿Cómo son estas parejas que están bajo el mismo techo, pero que viven separadas? Su situación la describe el refrán antiguo, juntos pero no revueltos, lo que nos preguntamos es: ¿en qué momento se rompió el vínculo de amor entre estas dos personas?, ¿cuándo decidieron vivir juntos pero separados? 

¿Por qué se rompe el vínculo del amor? 

Al momento de casarnos debemos asegurarnos de que el vínculo que tenemos como pareja es fuerte y verdadero. Es decir, si estamos enamorados de verdad, lo suficiente para estar juntos hasta que la muerte nos separe, o si simplemente es un capricho. El gusto no es suficiente, este es solamente el preámbulo para crear y formar una relación, pero no lo es todo. 

Tampoco podemos iniciar un matrimonio esperando el momento en el que las cosas dejen de  funcionar y optemos por el divorcio, porque con esta manera de pensar nuestra relación va a estar en peligro permanente. Por lo general, estos matrimonios que inician con una actitud inadecuada terminan mal. Entonces, ¿qué tan fuerte es nuestro vínculo? Es la pregunta que debemos hacernos,  en un matrimonio habrá dificultades y si nuestra unión no es lo suficientemente fuerte, podemos pensar que casarnos fue un error y terminar divorciándonos. 

En el caso de la pareja que nos llevó a hablar de este tema, se casaron por conveniencia económica pero se rompió ese vínculo esencial que sostiene una relación: el amor. Dicen que viven juntos y se cuidan, pero duermen en habitaciones diferentes y hasta tienen otras parejas sentimentales. Muchos dirían que este tipo de relación es fruto de la “modernidad”, pero lo cierto es que es lo opuesto a lo que Dios diseñó para un matrimonio y es una pésima referencia para sus hijos.

El vínculo que Dios ideó para mantenernos unidos en el matrimonio es el amor, y hemos aprendido que amar requiere sacrificio, pues es necesario morir a nuestra manera de hacer las cosas para poder satisfacer a nuestra pareja. Quienes viven juntos pero no revueltos, deben darse la oportunidad de restaurar su relación y también deben entender la importancia del respeto, y de mantener el vínculo perfecto del amor dentro de su matrimonio, pues solo con estos pilares y dentro de la voluntad de Dios, podrán darle un buen ejemplo a sus hijos.

Colosenses 3:14-15 dice: “por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos”.  Vistámonos de amor, que es el vínculo perfecto.

A continuación puedes escuchar nuestro programa completo, y si te interesa ver más contenido como este, no dudes en visitar nuestra lista de reproducción en Spotify o también puedes encontrarnos en plataformas como YouTube.