Todos valoramos las relaciones, ¿verdad? Pienso en las personas maravillosas en mi vida, en cómo cada una ha formado mi carácter y fortalecido mi caminar con Dios. Le doy gracias a Él por esas relaciones. 

Hubo un tiempo donde me alejé de Jesús. Durante esos diez años de desierto, la mayoría de mis relaciones fueron perjudiciales para mi crecimiento espiritual. Debemos tener mucho cuidado con qué personas nos rodean, a quienes escuchamos y buscamos complacer porque cada una, tiene un impacto e influencia enorme sobre nuestras vidas. Nuestro caminar con Dios se puede ver afectado si no son las personas correctas.

Un buen ejemplo es el pueblo de Israel, Dios les dijo que no debían asociarse con personas de las demás naciones idólatras porque comenzarían a practicar las mismas malas costumbres. En otras palabras, “no los levantarás a tu nivel, ellos te bajaran al suyo”. Y eso, fue exactamente lo que ocurrió, los hijos de Dios se encontraron en serios problemas cada vez que buscaron asociarse con idólatras. En Ezequiel 20, Dios habla a su pueblo, “Ustedes dicen: queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra”. Ellos se asociaron tanto con estas naciones que poco a poco decidieron que querían ser iguales a ‘sus amigos’. Hazte las siguientes preguntas, ¿mis amigos contribuyen en mi caminar con Dios?  ¿Hay alguna persona que me influencie a negar o alejarme de mis compromisos con Dios?

Sabemos que Dios no nos ha llamado a aislarnos, Jesús mismo fue ejemplo de cómo ser amigo de un pecador, pero sí debemos tener mucho cuidado con aquellas relaciones que causen que cedamos en nuestros principios. 

A continuación puedes escuchar la primera parte de la serie devocional “Relaciones Perjudiciales”, un mensaje de The Christian Working Woman en español por Mary Lowman. Si te interesa escuchar la serie completa visita nuestra lista de reproducción en Spotify o también puedes encontrarnos en plataformas como Soundcloud.