En este tiempo te hemos estado desafiando a ser intencional en cuanto a orar en todo momento y por todo. También a que hables con Dios durante todo el día y a que recuerdes que Él está contigo siempre. Te hemos motivado además a tomar ventaja de este maravilloso beneficio de poder hablar con Él todo el tiempo.
Una de las dificultades que tenemos al orar en todo momento es que nuestras vidas están llenas de distracciones, durante estas últimas décadas esto se ha convertido en un tema muy serio. Además de orar con nuestros ojos bien abiertos durante todo el día estemos ocupados o no, necesitamos un tiempo donde podamos poner a un lado las distracciones, desconectarnos y comunicarnos con Dios.
Es muy común que estando en la casa con el portátil cerca, nos pongamos a trabajar, a navegar por internet o a facebookear. También es posible que mientras realizamos estas actividades alguien se nos acerque a hablarnos y a la mitad de la conversación puede suceder que esa persona nos diga: “¿Podrías dejar eso un minuto para que podamos hablar?” Seguramente así debe ser con Dios. Cuántas veces Él nos querrá decir: “Por favor guarda tus distracciones y dame toda tu atención para que hablemos y me escuches”.
Creemos honestamente que debemos ser mucho más proactivos con respecto a la oración y buscar a Dios más intensamente que nunca. Tenemos muchos aparatos a nuestro alrededor, haciendo ruido, interrumpiendo nuestros pensamientos y demandando nuestra atención.
Hace unos años, un pastor desafío a su congregación a apagar todos los aparatos electrónicos durante tres días. A menos que el trabajo se los demandara, les pidió apagar los televisores, los radios, los computadores, los teléfonos inteligentes, las cosas que demandaban toda su atención. Al principio no fue fácil, el silencio era ensordecedor pero luego todos estuvieron de acuerdo con que la quietud redujo todo el estrés. Y claro, les dio más oportunidades para comunicarse con Dios.
Entonces, orar en todo momento es también aprender a orar en medio de nuestras vidas ocupadas, en lugares llenos de multitudes como arenas y también aprender a orar en esos momentos de silencio donde nos podemos enfocar en el Dios que tanto nos ama y tanto desea entrar en comunión con nosotros.
Ahora bien, te animamos a leer el libro de Sherry: “Orando con los ojos abiertos”; estamos seguros que ampliarás aún más tu concepto de la oración y te seguirás deleitando en la buena noticia de que Jesús está contigo 24/7 esperando para compartir contigo. No olvides que sin importar el fluir de tu vida diaria, puedes mantener una conversación constante con Él, además que puedes echar sobre él todas tus cargas porque Jesús cuida de ti.
Encuentra los devocionales originales en inglés en: https://christianworkingwoman.org/ The Christian Working Woman.org. Y escúchalos todos los días en: www.supresenciaradio.com