Todos hemos experimentado estrés a raíz de los quehaceres cotidianos. La ansiedad, los ataques de pánico, y la depresión son unos de los grandes males de este tiempo, e incluso se dice que estos son los principales causantes de muerte en jóvenes y adolescentes. Si nuestros hijos escuchan nuestras quejidos y lamentos constantemente, es poco probable que vean la vida con esperanza. 

¿Por qué hay presión?

La presión es parte de la vida y como familias no estamos exentas de experimentarla. Sentiremos presión cuando tengamos que tomar decisiones importantes, o a la hora de enfrentarnos a retos académicos y laborales. Hay diferentes tipos de presión. En términos médicos, los niveles muy altos de presión representan un peligro para nuestra salud, pero también debemos prestar atención a los niveles muy bajos, pues la tristeza y la depresión son igual de dañinas que el estrés y la ansiedad; También existen las presiones familiares, las cuales son la principal causa de la división y el rompimiento de los matrimonios. En este caso, debemos revisar si hemos hecho que vivamos en tensión constante, a raíz de nuestros malos hábitos y malas decisiones. 

Ahora bien, lo que no podemos controlar también se convierte en un detonante de presión. Situaciones como ser despedido del trabajo, la enfermedad de un hijo, la muerte de un ser querido o las tensiones políticas que vive nuestra nación, son escenarios que nos generan presión. Pero también debemos identificar si la presión que experimentamos en hereditaria, es decir, si estamos reviviendo las conductas erradas que seguían en nuestras familias para enfrentar la presión. 

Para bajar la presión, los expertos recomiendan hacer ejercicio y tener buenos hábitos de comida y de sueño. Tener acuerdos con nuestro cónyuge evitará que la tensión nos haga tomar decisiones apresuradas y divida nuestro hogar.  Muchos piensan que divorciarse es la solución, pero lo cierto es que esto no hará más que añadir otra gran tensión a nuestra vida y nuestra familia. La presión puede aparecer, pero todo dependerá de que le demos un buen manejo para que no dañe nuestro matrimonio ni nuestra familia. Jesús dijo en Juan 16:33:  “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo”.

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