Una vida sin amargura está llena de bondad y perdón. Considera el pasaje de Hebreos 12:15: “Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.” Si permites que crezcan estas raíces en tu vida, no podrás disfrutar la plenitud de Jesús.
Algunas son, el rechazo, los sueños no cumplidos y la pérdida. ¿Te has sentido apartado, olvidado o has tenido alguna pérdida recientemente? Tal vez, ¿el empleo? ¿un ser querido? ¿el orgullo o un divorcio? Estas situaciones nos hacen vulnerables a la amargura. El pasaje de Hebreos nos enseña que, en primer lugar, las malas semillas siempre brotan. Segundo, causan dificultades. Muchas fortalezas mentales y problemas emocionales que hoy vemos, tienen su origen en raíces de amargura que nunca fueron tratadas.
Por último, “contamina a muchos”. Afecta a todas las personas a tu alrededor. Los padres pueden pasarla a sus hijos. Los gerentes y administradores contagian a sus compañeros de trabajo. Es un veneno que infecta todo lo que toca. Si estás luchando con la amargura, pídele a Dios que te ayude a cavar y sacar esas raíces para que puedas disfrutar la vida abundante que Jesús te vino a dar. Así podrás compartir Su gracia con otros.
A continuación puedes escuchar la tercera parte de la serie devocional “Disfrutando Su gracia”, un mensaje de The Christian Working Woman en español por Mary Lowman. Si te interesa escuchar la serie completa visita nuestra lista de reproducción en Spotify o también puedes encontrarnos en plataformas como Soundcloud.