Sin duda conoces a alguien que no puede parar de hablar. Alguien con un motor en su boca. Todos conocemos a alguien que no para de hablar. ¿Te gusta andar con ellos? Probablemente no mucho. Sin embargo, lo cierto es que hablar de más es peor que un mal hábito.
Veamos qué dice Dios acerca de hablar mucho. Proverbios 17:27 dice: “El que es entendido refrena sus palabras; el que es prudente controla sus impulsos”. Luego unos versículos después leemos: “Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión”. Esto nos hace preguntarnos: ¿Cuánto hablamos antes de escuchar? Santiago nos dice que todos “debemos estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar”.
Si te pareces un poco a mi, quizás encuentres más fácil hablar que escuchar. Quisiera preguntarte: ¿No crees que Dios quiso darnos un mensaje al darnos dos orejas y una boca, diciendo que debemos escuchar el doble de lo que hablamos? Proverbios 20:19 dice: “no te juntes con la gente que habla de más”. ¿Por qué? Porque todo el tiempo están disparando su arma mortal y podrías recibir un disparo. En la abundancia de palabras no está ausente el pecado, como dice Proverbios 10:19: “Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada.”.
¿Has notado que al continuar hablando tarde o temprano terminas diciendo algo que lamentas?, ¿Tienes reputación de hablar demasiado? Pues si es así, posiblemente dices cosas que no son apropiadas porque muchas palabras conducen al pecado. Jesús dijo en Mateo 12:36: “en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado”. ¡Piensa en tener que dar cuenta de todas las palabras que has dicho sin pensar! ¿Eso suena miedoso, verdad? Hablar de más no es un asunto cualquiera y tampoco es solo un mal hábito. Al contrario, es algo que debemos tomar muy en serio. ¡Las palabras, son muy poderosas!
¿Sabes? Los palos y las piedras podrán romper nuestros huesos, pero las palabras hacen mucho más daño que un hueso quebrado. Al hablar una palabra no la puedes volver a retraer. Puedes borrar algo escrito con un lápiz, o borrar algo escrito en el computador pero una vez hables esas palabras, es muy difícil sanar el daño que causan las palabras dichas a la ligera. Decide revisar lo que hablas y elimina esas palabras innecesarias que pueden meterte en problemas.
A continuación puedes escuchar la segunda parte de la serie “El Poder de las Palabras”, un mensaje de The Christian Working Woman en español por Mary Lowman. Si te interesa escuchar la serie completa visita nuestra lista de reproducción en Spotify o también puedes encontrarnos en plataformas como Soundcloud.