La mejor manera de iniciar un día es orando, en los evangelios vemos la manera en que Jesús les enseñó a los discípulos a buscar a Dios en oración. Las guías y recomendaciones que Él le dio a sus discípulos podemos también usarlas nosotros en nuestro tiempo de oración. Seguir el modelo de el Padre Nuestro será de gran bendición.
¿Hay algún orden que podamos seguir al orar?
Lo primero que debemos hacer para iniciar nuestro tiempo de oración es reconocer la obra de Jesús en la cruz, recordar que Él pagó un precio muy alto por nuestra libertad. Nuestros pensamientos deben ser colocados delante de Dios, para que de esta forma reconozcamos su autoridad y nos sometamos a Él. Lo segundo es agradecer por todas las bendiciones que Dios nos ha dado, alabarlo en todo momento y circunstancia, incluso en la adversidad, porque algo maravilloso sucede cuando damos gracias a pesar de las dificultades.
En tercer lugar, debemos orar que se haga la voluntad de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Incluso podemos orar por nuestro país y el mundo entero, pues orar por otros es algo que también debemos hacer, al igual que esperar el tiempo de Dios para responder a nuestras peticiones. Lo cuarto es poner delante de Dios nuestras necesidades, creer que Él sabe lo que necesitamos y que puede proveer incluso de maneras que ni siquiera nos imaginamos.
En quinto lugar, tenemos que pedir perdón por nuestros pecados y perdonar las ofensas de otros, pues de esta forma nada estorbará nuestra oración. Jesús nos enseñó en los evangelios que el orden correcto es reconciliarnos primero los unos con los otros para luego poder pedir perdón por nuestras fallas. De igual manera, podemos pedir que Dios nos libre de todo mal, pues Él es un padre amoroso, que no quiere que nada malo nos pase, Él pelea por nosotros y podemos tener plena confianza en su protección
Finalmente, la alabanza es la mejor manera en la que podemos concluir nuestro tiempo de oración diaria. La Biblia dice en Mateo 6:7-9: “Cuando ustedes oren, no sean repetitivos, como los paganos, que piensan que por hablar mucho serán escuchados. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe de lo que ustedes tienen necesidad, antes de que ustedes le pidan. Por eso, ustedes deben orar así: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…”. Es importante que sigamos la guía de oración del Padre Nuestro, que meditemos en cada palabra que decimos, pues será de mucha bendición para nuestras vidas y nuestras familias.
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