¿Alguna vez te has preguntado qué quería decir Jesús cuando dijo: “Dichosos los que trabajan por la paz pues serán llamados hijos de Dios?”, de esto hemos estado hablando esta semana. Buscamos animarte y convocarte a ser parte del Cuerpo de Paz de Jesús.

Jesús no dijo dichosos los que aman la paz, los que hablan de paz, los que desean la paz o los que esperan la paz. La paz no ocurre sólo porque lo deseemos. La Biblia dice que debemos buscar la paz. Jesús dijo que la paz se debe hacer: “Dichosos los que trabajan por la paz”. Eso quiere decir que si queremos la paz en nuestro mundo algo debemos hacer. Entonces ¿Cómo hacemos la paz? Bueno, no siempre es fácil y no siempre es bonito, pero siempre es bendecido. Ben Franklin le escribió a John Adams diciendo: “Supongo que: “dichosos los que trabajan por la paz” aplica para otro mundo porque en este mundo nos maldicen frecuentemente” Y sí, eso a veces es verdad. Escuchamos las bienaventuranzas que dicen que los que hacen la paz son bendecidos, por un lado, suena muy bien, pero a menudo hacer la paz no es algo sencillo, puede ser un desastre y puede ser difícil, y a veces nuestros esfuerzos al trabajar por ella no funcionan, y no sucede cuando y donde queremos.

En un incidente reciente dos mujeres literalmente estaban a punto de ir a los golpes y otra mujer las separó con el fin de evitar un conflicto. Esa mujer entró a ser la que trabajaba por la paz de esa situación, tuvo que sostener conversaciones valientes con ambas mujeres, buscar una salida al problema, ofrecer muy buenas sugerencias, y con todo no pudo convencer a una de las mujeres de hallar la paz. Al escuchar la anécdota, pensamos en esta bienaventuranza: “dichosos los que trabajan por la paz”. Sabes… la hacedora de paz en esta situación no se sintió muy bendecida en ese momento, parecía que había fracasado, pero hizo lo que un hacedor de paz debe hacer. Será bendecida por hacer lo que hizo, así no haya resultado como quería.

Jesús fue y todavía es el mayor trabajador por la paz que jamás ha habido. Fueron muchos los que lo rechazaron, lo humillaron y eventualmente lo crucificaron. A veces la paz no es posible. Hay personas que van por la vida buscando pelea y no siempre puedes lograr la paz con estas personas. Como seguidores de Cristo, somos llamados a ser hacedores de paz. Debemos hacer todo lo que se pueda para trabajar por ella y dejar los resultados en manos del mayor hacedor de paz, Jesús.

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