Nos hemos encontrado con hombres y mujeres temerosos al matrimonio debido al compromiso que este implica. Hay preconceptos de ambas partes: Hay mujeres que no quieren vivir “bajo el yugo de un hombre” y hombres que “quieren estar con alguien, pero que no les demande mucho”. Las encuestas y estudios sobre este tema a generaciones recientes muestran que la soltería predomina dentro de las tendencias y que tener hijos no hace parte de las expectativas a futuro de muchos.
¿Es mala la soltería?
No creemos que la soltería sea mala. Al contrario, consideramos que es un tiempo necesario, el cual debemos vivir de manera adecuada. No es una etapa que podamos omitir, puesto que es un tiempo para soñar, capacitarnos, conocernos y preparar el terreno para los planes que Dios tenga con nosotros. De manera importante, es el tiempo en el cual debemos irnos desprendiendo de nuestros padres y prepararnos financieramente, ya sea que vayamos a casarnos o simplemente a independizarnos.
Quedarse soltero es una decisión que también es válida, puesto que si no está en nuestro corazón casarnos o no estamos seguros de dar ese paso es mejor no hacerlo. Pero si decidimos quedarnos solteros, no puede ser para vivir una vida irresponsable o para llenarnos de relaciones sin propósito. La soltería es un tiempo de preparación en ahorro y en proyección de vida.
Somos abanderados del matrimonio porque creemos que la iglesia y la sociedad necesitan de uniones conformes a la voluntad de Dios y no solteros que vivan en libertinaje por miedo al compromiso. Hay casos de personas que por un mal referente de matrimonio en casa, prefieren prescindir de la idea de casarse. Pero debemos recordar que Dios hace todo nuevo y si decidimos casarnos Él hará algo nuevo en nosotros. La Biblia dice en Eclesiastés 3:1-3: Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir”. Hay un tiempo para todo, no despreciemos la soltería.
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