A veces seguir las directrices bíblicas al pie de la letra puede parecer una misión imposible. Mandatos como el de 1 de Tesalonicenses 5, donde dice que debemos “orar continuamente”, hace que nos preguntemos: ¿Cómo puedo lograr eso?¿Cómo puedo orar continuamente, sin cesar y mantener un trabajo, dormir o hacer cualquier otra cosa?
Algunas traducciones dicen ora sin cesar y en otras ora en todo momento. Sin embargo, de cualquier forma en que lo mires, no parece posible. El pasaje continúa diciendo: “porque esta es la voluntad de Dios para ti. Entonces es voluntad de Dios que oremos continuamente”. ¿Esto qué significa? Es seguro que Dios sabe que tenemos más cosas por hacer. Pero… ¡ahí está! “Ora continuamente, ora sin cesar”.
El libro de Sherry Harney, “Orando con los Ojos bien Abiertos”, es un libro de gran ayuda, así que estaremos compartiendo con ustedes algunos de sus pensamientos.
¿Qué viene a tu mente cuando piensas en la oración? ¿Ves la oración como un tiempo donde debes estar callado, sentado, arrodillado, con los ojos cerrados, la cabeza inclinada, que es casi un sacrilegio si abres los ojos al orar o si alguien más está orando? ¿Es la oración solo algo que se reserva para momentos específicos en un día o en una semana cuando estás en la posición correcta o con la mentalidad correcta para la oración? Pues si así ves la oración, entonces orar continuamente y orar sin cesar será siempre imposible.
¿Sabes que la Biblia no da ninguna referencia específica acerca de tu postura o como deben estar tus ojos cuando oras? No vas a encontrar ninguna referencia Bíblica acerca de personas orando con la cabeza inclinada o cerrando los ojos. De hecho vas a encontrar muchas referencias de la oración hecha de pies, con los brazos extendidos hacia el cielo, de pasajes que hablan del pueblo de Dios hablando en medio de una batalla, cuidando ovejas, en un viaje y en espacios públicos o privados.
En Juan 17 leemos que Jesús, después de decir unas palabras, mira hacia el cielo y ora. Vemos que Salomón, extendió sus manos al cielo y oró y David levantó sus manos. Leemos en 1 Timoteo 2, que el Apóstol Pablo nos invita a orar levantando manos santas. Muchas veces los apóstoles pusieron sus manos sobre las personas al orar. Entonces te queremos animar y esperamos equiparte para que puedas ver cómo orar continuamente, sin importar dónde estés o que estés haciendo.
Encuentra los devocionales originales en inglés en: https://christianworkingwoman.org/ The Christian Working Woman.org. Y escúchalos todos los días en: www.supresenciaradio.com