La vida puede en ocasiones tomar matices tan aterradores que hacen que la muerte parezca un buen lugar.

Este fue el sentimiento de Diego Salazar, un hombre que estuvo sumido en el oscuro mundo de la adicción a las drogas durante 23 años, sin una familia y trabajando con pandillas. Estás situaciones le hicieron desear morir, pero en algún lugar de su alma guardaba la certeza de que Dios podía hacer algo por él. Lo único que le hacía falta descubrir era cómo, cuándo y dónde, Él lo haría.

Nunca quise ser adicto

Foto: Iglesia El Lugar de Su Presencia

En este episodio de Central Café, Diego Salazar nos contó su historia y cómo Dios lo rescató de la muerte y de vivir una vida sin propósito. Ahora después de muchos años de sobriedad y con su testimonio de vida; ha ayudado a otras personas a dejar esta adicción para encontrar en Dios todo lo que necesitan.

Nunca quise ser adicto“, además de ser el título de este programa es el nombre de su reciente libro, una biografía donde Diego cuenta con más detalle su vida y cómo al encontrarse con el amor de Dios entendió que tendría una nueva oportunidad para cambiar su futuro.

Su adicción comenzó cuando tenía 11 años, fecha en la que muere su mamá, luego su papá decide casarse y lo echa de la casa. Esto lo llevó a enamorarse de las drogas a sus 15 años y a amar el peligro pues no tenía nada que arriesgar y tampoco nada que perder.

Tal vez estás viviendo una adicción, tal vez tienes un familiar o un amigo que ya no sabes cómo ayudar, por eso te invitamos a escuchar esta historia, para que puedas comprobar que Dios hace milagros y transforma vidas.