Empezar el año es el comienzo de un viaje, una jornada que consiste en llevar a otro nivel los sueños por los que hemos venido trabajando, e incluso, darle inicio a nuevos retos. Es típico arrancar muy motivados, con cientos de ideas para conquistar el mundo, sin embargo,  a mitad de camino nos encontramos con situaciones inesperadas y nos damos cuenta que estamos en una travesía para la que no estamos preparados. Por otra parte, también podemos quedarnos reuniendo todo lo necesario para conquistar el año, y en el proceso de prever, planear y preparar, se nos puede pasar el año sin llegar a la acción.   ¿Cómo evitar estos fails tan comunes?
 
¿Qué cosas sirven y qué otras no nos sirven para lograr lo que queremos?

Hay una “maleta” para cada ocasión o destino, por eso lo primero que debemos hacer, es identificar nuestro objetivo, saber a dónde queremos ir y definir qué cosas no son necesarias. Por ejemplo, si queremos empezar a hacer ejercicio, lo último que empacaríamos sería traje y zapatos formales.
 
Con el objetivo en mente…

  • Saquemos lo que no sirve: la queja, la pereza, la amargura, la depresión, el desánimo… y mejor abramos todo ese espacio para las cosas buenas; aquello que nos levanta, nos motiva y nos da la energía; así como también para las buenas relaciones; la unión de estas cosas nos llevarán a sacar fuerzas donde no las tenemos cuando todo más nos cueste.
  • Identifiquemos nuestros dones y en lo que nos destacamos: estas cosas también debemos empacarlas en  nuestra maleta. Emplearlas nos recordará quienes somos y no intentaremos parecernos a alguien, pues si caemos en el juego de tratar de lucir como otros pronto nos cansaremos, y en algún punto, nos estancaremos en el viaje.  
  • Empaquemos la gratitud: así aprenderemos a disfrutar los pequeños detalles, como un buen helado.
  • Hagamos espacio para la actitud: contagiemos a quienes están a nuestro alrededor de lo que tenemos. Con la actitud correcta podemos cambiar el dia y la maleta de otros.

 
Conclusión:

  • Alistar nuestra maleta es nuestro tiempo de preparación.
  • Empaquemos lo que en realidad nos sirve.
  • Lo que tenemos en nuestra maleta es lo que nos prepara para nuestro destino, son nuestras herramientas y es lo que llevaremos en el camino que vamos a emprender.
  • Es importante aprovechar el tiempo, estar preparado cuando aparentemente nadie nos está viendo. Hay recompensa para aquellos que sacan el máximo provecho de su tiempo.
  • Cerciorémonos que estamos preparando bien la maleta, no importa la maleta (diseño, material) sino lo que llevamos adentro, seamos intencionales y veamos más allá. ¿Para qué me estoy preparando?

 

“Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos, con las lámparas encendidas, pendientes de que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato.  ¡Qué felices serán cuando llegue el dueño a la casa, en la noche, o en la madrugada! Les aseguro que el dueño hará que sus sirvientes se sienten a la mesa, y él mismo les servirá la comida”

Lucas 12: 35-37

 

Si quieres saber más de este tema te invitamos a escuchar nuestro programa Alista tu maleta 

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